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La extusión de los molares
superiores favorece el establecimiento de una postero-rotación
mandibular (que inicialmente, es postural y que terminará
por ser efectiva). Si en este punto (incipiente postero-rotación
mandibular) logramos normalizar la función respiratoria
(nasal), el patrón muscular se normalizaría y el
patrón eruptivo también. Ello genrarará una
progresiva antero-rotación mandibular y, en consecuencia,
un restablecimiento de la normalidad esquelética (Durán).
Se ha demostrado que después de la adenoidectomía,
se produce antero-rotación mandibular porque se normaliza
la respiración, deglusión y masticación (Mc
Namara).
La altura facial interior sólo permanece estable en ausencia
de factores etiológicos o de tratamiento ortodóncico.
Pero si el factor etiológicos o de tratamiento ortodóncico.
Pero si el factor etiológico persiste (respiración
bucal), la rotación posterior de la mandibula se intensifica
y el mentón se retruye, progresivamente, más. La
Clase II molar se establece por medio de dos efectos: la extrusión
y mesialización de los molares superiores y el bloqueo
eruptivo de los molares inferiores.
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La intensa extrusión de los sectores laterales
superiores conlleva a una postrera-rotación mandibular,
habitualmente mal diagnosticada como “retrusión
mandibular” cuando, en realidad, es un problema
rotacional de la misma. Con la presencia de una obstrucción
respiratoria nasal, observamos:
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Postero-rotación mandibular.
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Incompetencia labial.
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Descenso lingual.
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Hipotonía de los tirantes
musculares.
-
Espacio libre interarcadas.
Los efectos dentales inmediatos son:
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Labioversión de los incisivos
superiores.
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Linguoversión de los incisivos
inferiores.
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Extrusión de los molares superiores.
-
Bloqueo de erupción de los
molares inferiores.
El efecto ortopédico inmediato es:
Los efectos dentales a medio plazo son:
Los efectos otopédicos a medio plazo son:
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Vetilicalización de los incisivos
inferiores y no tanto de los incisivos superiores porque
se apoyan en el labio inferior.
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Extrusión de los incisivos
inferiores y no tanto de los incisivos superiores porque
se apoyan en el labio inferior.
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Estabilización de la Clase
II molar.
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Aumento de la profundidad de la curva
de Spee.
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Contracción de la arcada superior
por la posición bajo de la lengua.
Los efectos ortopédicos a largo plazo
son:
Para un correcto diagnóstico, resulta imprescindible
el estudio fisiopatológico del caso. La respiración
bucal, cuando es considerada como hábito primario,
suele ir acompañada de una deglución atípica
(hábito secundario), como consecuencia de las características
morfológicas de la maloclusión.
La deglución atípica, consecuente de la
respiración bucal (hábito secundario) o
bien como hábito único (primario), presenta
las siguientes características:
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