Sedación
consciente en odontopediatría.El
uso de midazolan por vía intranasal, ¿una alternativa
eficaz?
Resumen
“Sedación consciente” es la
técnica farmacológica empleada en odontopediatría
para modificar la conducta del niño ansioso. El midazolam
es un fármaco bastante aceptado en medicina y odontología
por sus cualidades sedativas y sus escasos efectos adversos. Sin
embargo, es necesario un entrenamiento previo, así como
también un buen conocimiento y manejo de la droga. Saber
elegir en cada caso la ruta de administración es una de
las claves del éxito en los tratamientos sedativos. El
camino intranasal ha demostrado ser rápido, seguro y de
no requerir mucho tiempo para la recuperación del paciente
ni de ayuno previo. No obstante, su uso no es muy generalizado
probablemente por desconocimiento de la técnica y de los
estudios realizados al respectos.
Abstract
“Conscious sedation” is considered a pharmacologic
technique used in pediatric dentistry to modify an anxious child’s
behavior. midazolam is greatly accepted in medicine and dentistry
because of its sedative qualities and few side effects related
to it. To use this technique, it is necessary to have previous
training and knowledge on it. Selecting the administration route
is very important on having success in sedative treatments. The
intranasal route has demonstrated to be fast, safe and time effective
for the patient’s recovery. It does not even require the
patient to fast before treatment. Nevertheless, its usage is too
generalized probably because of the lack of knowledge of the technique
and limited research made on it.
Palabras Clave: Sedación consciente,
midazolam, vía intranasal.
“Sedación consciente”
es la técnica farmacológica de modificación
de la conducta del niño, que permite la disminución
del nivel de conciencia, de manera que el paciente puede mantener
permeable la vía aérea en forma independiente y
continua, respondiendo adecuadamente a los estímulos físicos
y/o comandos verbales, lo que indica la capacidad de reacción
del individuo.1,2 Es una técnica muy empleada en odontopediatría
porque permite reducir la ansiedad del niño (Fig. 1), facilitando
así el trabajo del profesional. Además, influye
de modo positivo sobre la conducta del paciente cambiando la actitud
del niño no cooperador y transformándolo en un paciente
receptivo al tratamiento dental.3
Fig. 1. Niña
ansiosa, incapaz de colaborar debido a su inmadurez psicológica.
Candidata a sedación.
No debemos pensar que el niño
sedado no va a sentir dolor, sino que simplemente, controlará
mejor su ansiedad. Recordemos, que los sedantes utilizados actualmente
no son analgésicos, por lo tanto, el paciente deberá
ser anestesiado si el tratamiento así lo exige. La sedación
permite, la posibilidad de realizar una anestesia local sin mayores
complicaciones y con mayor aceptación del paciente.1
El fármaco utilizado en
sedación consciente, idealmente debería ser de fácil
manejo, poco tóxico y que posea un antagonista específico
capaz de revertir los efectos exagerados de la droga. Por ello,
es necesario conocer la farmacodinámica del medicamento,
la vía de administración mas conveniente según
el caso, la dosis adecuada para cada paciente, así como
también, sus efectos adversos. De allí que la mayoría
de investigadores prefieran un solo fármaco. 1,4,5,6,7
El medicamento que se está
utilizando con bastante éxito tanto en medicina como en
odontología es el midazolan. Este compuesto de acción
corta, ya que no posee metabolitos activos2,8 y de una potencia
2 a 3 veces superior al diazepan,1 se ha convertido en el medicamento
de elección utilizado como sedante en los procedimientos
odontológicos, sustituyendo rápidamente a los otros
fármacos. Otra ventaja importante, es su efecto amnésico,
lo cual permite que el niño no recuerde los procedimientos
realizados durante el efecto de la droga, traduciéndose
esto en cambios positivos en la actitud del niño hacia
la odontología.9
Sin embargo, el midazolam debe
ser utilizado con mucha prudencia ya que la sobredosis puede producir
alteraciones cardiovasculares (hipotensión) y depresión
del sistema nervioso central mucho mas temprana y profunda que
la que se produce con el diazepan.1 Las principales reacciones
adversas encontradas en la literatura son: disminución
de la frecuencia respiratoria, bradicardia y variaciones de la
presión arterial, llegando incluso a la muerte.10
La vía intranasal, es una
de las formas que se pueden utilizar en la administración
del midazolam y ha demostrado ser efectiva y segura en reducir
la ansiedad y el stress durante el tratamiento médico y
dental de niños no cooperadores.11 Esta vía es recomendada
en odontopediatría, para evitar el miedo a la aguja o cuando
falla la administración oral en pacientes poco colaboradores.1
Los efectos sedativos del midazolan
por vía intranasal han sido reportados tanto en pacientes
normales9,12,13,14 como en pacientes física y/o mentalmente
impedidos15,16 señalando que la administración por
este medio produce una disminución significativa de la
ansiedad13,17,18 lo cual se traduce en la modificación
de la conducta del niño no cooperador.12,15,17
La dosis nasal recomendada por
la mayoría de los investigadores4,11,12,13,15,19 a fin
de evitar efectos adversos de consideración9,15 es de 0.2
- 0.3 mg/kg de peso corporal. Sin embargo Al-Rakaf el al.12
al utilizar dosis mayores a las propuestas (0.4 ó 0.5 mg/kg)
obtuvieron también buenos resultados sin mayores complicaciones.
La ruta intranasal es muy similar
a la intravenosa en cuanto a cinética del fármaco,
con la ventaja de ser menos traumante por no requerir de equipo
punzante para su aplicación.1,11,13,15,19,20
Sin embargo, las molestias causadas
por la instilación nasal del midazolam -según
Fukuta et al.16- pueden originar variaciones de la presión
arterial y frecuencia cardiaca en pacientes adultos. Otro riesgo
que se puede presentar es que el paciente tosa, estornude o ingiera
parte de la dosis, por lo que se recomienda administrar el medicamento
por goteo, depositándolo lentamente en la parte interna
de la mucosa del tabique nasal21 (Fig.2). Investigaciones recientes22
sugieren el empleo del atomizador en la aplicación de midazolam
por vía intranasal lo que permitiría optimizar la
absorción del medicamento, alcanzándose el efecto
ideal.
Fig. 2.
Técnica de aplicación de midazolam por vía
intranasal por medio de una jeringa.
En 1993, Karl et al.23 compararon
la aceptación y eficacia del midazolam en niños,
administrado intranasalmente y por vía submucosa, y a pesar
de haberse observado la misma eficacia por ambos sistemas, la
administración intranasal fue la menos aceptada por la
sensación “quemante” que produce el primer
contacto con la mucosa nasal, la cual luego de unos segundos desaparece,
provocando molestias sólo al inicio de su aplicación.
Las principales ventajas que presenta
éste acceso y que lo distingue de la vía oral, tan
empleada actualmente en odontopediatría, son:
El efecto farmacológico es de rápido inicio,9,12,14,15
ya que la droga se absorbe directamente a la circulación
central a través de la lámina cribosa, eludiendo
la circulación enterohepática, con el consecuente
paso directo del sedante al sistema nervioso central; apareciendo
las concentraciones plasmáticas máximas del fármaco
a los 10 minutos de su administración.12,24,25 Así
pues, el pico de actividad máximo del midazolam por vía
intranasal ocurre de 10 a 15 minutos después de su administración,
luego de los cuales, el paciente estará somnoliento (Fig.
3). Y es a partir de los 30 minutos, cuando el efecto sedativo
del fármaco comienza a desaparecer.21
La recuperación del paciente del efecto sedante es en menor
tiempo que los pacientes sedados oralmente.26
No requiere que el paciente acuda a la cita en ayunas,12 esto
hace de ésta ruta una buena alternativa sobre todo en aquellos
pacientes que llegan a la consulta por alguna emergencia o que
no han cumplido rigurosamente las indicaciones que se deben tener
en cuenta previas a la sedación.
Fig. 3.
Expresión característica de un niño sedado.
El año 2003, Castro26 realizó
una interesante investigación, comparando la efectividad
del midazolam administrado por vía oral en un grupo de
niños preescolares, con la efectividad de la misma droga
administrada intranasalmente a otro grupo de niños; todos
ellos pacientes de la Clínica de Odontología Pediátrica
de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, llegando a las siguientes
conclusiones:
Ambas rutas de administración mostraron ser igualmente
efectivas en cuanto a modificación de la conducta del niño.
Los cambios fisiológicos (saturación de oxígeno,
presión arterial, frecuencia cardiaca y respiratoria) producidos
en los niños de ambos grupos no salieron fuera de los límites
normales.
Ninguno de los pacientes de a ambos grupos, presentaron reacciones
adversas.
El tiempo de recuperación fue menor en el grupo de niños
sedados por vía intranasal, que el grupo de niños
sedados por vía oral.
Recordemos que el éxito
en un procedimiento de sedación, depende no solo del medicamento
o de la ruta de administración, son también importantes:
la habilidad y experiencia del operador, la frecuencia de las
sedaciones en el mismo paciente y, lo que es mas importante aún,
de la valoración del riesgo/beneficio.1
Dra. María
Elena Díaz Pizán
Especialista en Odontología Pediátrica. Magíster
en Estomatología. Docente de pregrado y postgrado del Departamento
Académico de Estomatología del Niño y del
Adolescente. Facultad de Estomatología. Universidad Peruana
Cayetano Heredia.
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