¿Como mejorar la estabilidad primaria del implante en áreas de baja densidad ósea?

 

 

Resumen

La estabilidad primaria y densidad ósea son variables que han sido consideradas importantes para lograr la oseointegración y mantenimiento de los implantes a largo plazo. El dentista puede controlar varios de los factores asociados a la sobrevida de los implantes oseointegrados, la densidad ósea es un factor que no puede ser controlado.
Esta densidad ósea ha sido clasificada por Lekholm & Zarb (1985)9 en 4 tipos: D1, D2, D3 y D4. El tipo D4 ha sido descrito en la literatura como el tipo de hueso que presenta la menor densidad ósea y por tanto ofrece la menor estabilidad primaria para el implante cuando colocado en el lecho receptor. Este artículo tiene como finalidad mostrar una variante en la secuencia de perforación ósea inicialmente establecida por Branemark et al (1985)4, con el objetivo de mejorar la estabilidad primaria del implante cuando colocado en hueso tipo 4.

Palabras clave: densidad ósea, perforación ósea, estabilidad primaria.

 

Abstract

Primary implant stability and bone density are variables that have long been considered to be essential to achieving predictable osseointegration and long term clinical survival. Although the dentist can control most factors associated with implant survival, bone density is the one factor that cannot be controlled.
Bone density has been classified by Lekholm & Zarb (1985)9 in four types: D1, D2, D3 and D4. D4 bone has been described in the literature as the lower bone density so this bone offers the smaller primary stability for the implant when positioning in the receptor area. This paper shows a variation in the drilling process for to improve the primary stability of the implant when placed in type D4 bone.

Key words: bone density, bone drilling, primary stability.

 

Introducción
En la actualidad la implantologia oral ha sido incluida como una opción más de tratamiento rehabilitador dentro de la odontología. Al mismo tiempo la literatura ha demostrado los altos porcentajes de éxito para los tratamientos con implantes oseointegrados. El análisis y comprensión de las fallas clínicas pueden ayudar a mejorar estos resultados3,4,13,16,17. La literatura describe a la inadecuada técnica quirúrgica y pobre calidad ósea como algunos de los factores causales para la falla del proceso de oseointegración1. Siendo así, este artículo presenta una modificación de la técnica convencional propuesta por Branemark et al (1985)4, con el objetivo de mejorar la estabilidad primaria de los implantes cuando colocados en hueso de baja calidad ósea.

 

Estabilidad Primaria

La estabilidad primaria es obtenida al final de la primera fase quirúrgica y es definida como la resistencia que ofrece el hueso alveolar al no permitir el dislocamiento del implante cuando colocado en su alveolo quirúrgico. Esta resistencia es el resultado de un fenómeno estrictamente mecánico que puede ser medido mediante el uso de un torquímetro manual o mediante dispositivos específicos que nos dan electrónicamente la resistencia ejercida durante la colocación del implante5. Para Sennerby & Roos15 y O´Sullivan et al11 esta estabilidad primaria depende directamente de la cantidad y densidad ósea y del protocolo quirúrgico empleado. Siendo así, pasaremos a analizar estos factores.

Factor óseo
El estudio de la densidad y topográfia óseas (perfil óseo, espesura de la cortical y limites anatómicos) capacitan al clínico para seleccionar la inclinación axial y dimensión de los implantes, para adaptar la secuencia de perforación ósea (para mejorar la estabilidad primaria), para determinar la duración del periodo de cicatrización y para determinar la capacidad del implante para soportar las cargas oclusales1,12. La estabilidad primaria depende directamente de la cantidad de hueso compacto en contacto con la superficie del implante. Debido a que el hueso cortical ofrece un mejor anclaje a los implantes, este tipo de soporte óseo es preferible cuando posible6,14. Por lo tanto, implantes con estabilidad superior y en contacto con mayor cantidad de hueso compacto integrarán de una forma mas rápida y podrán ser sometidos a carga en un tiempo de espera menor10.

Implantes que presentan pobre contacto óseo y pobre corticalización como en el caso de implantes colocados en hueso tipo D4 requerirán mucho mas tiempo para lograr el proceso de oseointegración. Por lo tanto, el factor óseo es esencial para determinar el protocolo y técnica quirúrgica. La estabilidad primaria observada durante la primera fase quirúrgica determina el tiempo requerido para obtener la oseointegración7.

Influencia de la Técnica Quirúrgica

La evaluación pre-operatoria, incluyendo el análisis de todas las características óseas, determina la técnica quirúrgica. El protocolo quirúrgico inicial establecido por Branemark et al (1985)4, indica el uso de una secuencia de perforación ósea, determinada inicialmente para la región anterior de la mandíbula, donde la calidad ósea corresponde al tipo D1 denominado por Lekholm & Zarb (1985)9. Este protocolo inicial esta representado en la Figura 1.

 

Figura 1. Secuencia de perforación ósea establecida por Branemark4

Esta secuencia quirúrgica se inicia con la perforación de la cortical ósea mediante el uso de una fresa redonda (A), a seguir una fresa de 2mm de diámetro (B) es utilizada para determinar la profundidad de perforación e inclinación axial, continuando con la perforación es usada una fresa denominada fresa piloto (C) que permite ampliar el diámetro del alveolo quirúrgico de 2 para 3mm. Dando secuencia a la perforación es utilizada la fresa de 3mm (D), una vez determinada la profundidad e inclinación axial de la perforación (la cual no puede ser más modificada) se realiza la modificación de la cortical ósea con la fresa Counter Sink (E) que permite el desgaste de la cortical ósea con la forma de la plataforma del implante a ser usado. A seguir como paso final el uso de la fresa Tap (F) que permite la formación de las roscas internas dentro del alveolo quirúrgico para facilitar la colocación del implante. Finalmente se procede a la colocación del implante dentro del alveolo quirúrgico creado. Debemos resaltar que la posición final del implante se caracteriza por el apoyo de la plataforma del implante por dentro de la cortical ósea, como se muestra en la Figura 2.

 

Figura 2. La plataforma del implante esta localizada dentro de la cortical ósea


La propuesta de este trabajo es modificar esta secuencia de perforación de acuerdo al tipo de hueso que encontramos en el complejo máxilo-mandibular, específicamente para el hueso tipo D4 que se presenta como un hueso de baja densidad y poca o ninguna cortical. Esta secuencia es presentada en la Figura 3.

 

Figura 3. Opción 1


Esta secuencia (opción 1) se inicia con la perforación de la cortical ósea con la fresa redonda (A), a seguir se usa la fresa de 2mm de diámetro (B) y luego la fresa tipo piloto (C), esta última fresa, solo deberá ser aprofundada de 3 a 5mm. A seguir se procede a la colocación del implante dentro del alveolo creado (D).
A continuación presentamos la segunda opción de perforación ósea para hueso tipo D4 (Figura 4).

 

Figura 4. Opción 2


Esta secuencia (opción 2) se inicia también con la perforación de la cortical ósea con fresa redonda (A) a seguir se usa la fresa de 2mm (B) y siguiendo este protocolo puede ser usada una fresa de 2,75 o 3mm de diámetro según decisión del cirujano.
Estas modificaciones (opción 1 y 2) objetivan reducir el diámetro del alveolo quirúrgico, para así mejorar la estabilidad primaria de los implantes mediante la compactación del trabeculado óseo alrededor de las roscas del implante. Por lo cual el uso de las fresas tipo Counter Sink y Tap estan completamente contraindicadas en los casos donde el hueso alveolar se presenta con baja densidad ósea.
Se debe resaltar que en ambas técnicas propuestas la plataforma del implante se apoya sobre la cortical ósea mejorando así la estabilidad primaria (Figura 5).

 

Figura 5. La plataforma del implante se apoya sobre la cortical ósea

 


Discusión

El protocolo de perforación ósea presentado por Branemark et al 19854, fue concebido inicialmente para la rehabilitación de pacientes edéntulos totales mandibulares. Este tipo de rehabilitación implantosoportada denominada “Protocolo Branemark” consistía en la colocación de mas de 5 implantes en la región anterior de la mandíbula. El tiempo establecido para lograr la oseointegración fue determinado en aproximadamente 4 meses, esto debido a la alta densidad ósea encontrada en la región anterior de la mandíbula (hueso tipo D1) lo cual hacia posible alcanzar altos grados de estabilidad primaria y por consiguiente alto porcentaje de éxito7,10.
Posteriormente se hizo necesário, no solamente atender a los pacientes edéntulos totales inferiores sino que el protocolo quirúrgico establecido inicialmente, fue también usado para casos de edentulismo total superior y edentulismo parcial, siendo encontrados porcentajes de éxito menores cuando comparados con los pacientes edéntulos mandibulares2,18. Diversos estudios han comprobado que factores como la densidad ósea y el protocolo quirúrgico son factores importantes para lograr la tan ansiada oseointegración11,15. Partiendo de esta premisa y sabiendo que el complejo maxilo-mandibular presenta diversos tipos de densidad ósea (Lekholm & zarb 19859) se hace necesario modificar el protocolo inicial objetivando mejorar la estabilidad primaria de los implantes cuando colocados en hueso alveolar de baja densidad.
Ambos protocolos presentados en este articulo (opción 1 y 2) se fundamentan en el príncipio que si después de la perforación con la fresa de 2mm existe poca resistencia al paso de esta fresa y se observa que no existe desprendimiento de partículas óseas el operador debe decidir por la modificación del protocolo inicial de perforación. Por ejemplo, si después de usar una fresa de 3mm de diámetro se coloca un implante de 3,75mm porque no usar en vez de esta, una fresa de diámetro inferior como por ejemplo una fresa de 2,75mm (opción 2) o usar después de la fresa de 2mm, la fresa piloto de 2/3 pero solo en una profundidad de 3 a 5mm (opción 1) para luego colocar el implante de 3,75 o 4mm según sea el caso. Todas estas medidas tienen como objetivo aumentar el número de trabéculas óseas que estarán en contacto con la superficie del implante, debido a que el hueso que no fue eliminado pela fresa ocupará los espacios medulares adyacentes a la superficie del implante colocado8. Inclusive puede recomendarse en la mayoria de casos la no utilización de la fresa Counter Sink o de la fresa Tap formadora de rosca interna, ya que estas cuando colocadas en hueso de baja densidad pueden acabar aumentando el diámetro del alveolo quirúrgico creado disminuyendo considerablemente la estabilidad primaria del implante. De esta forma el implante no será sumergido completamente y su plataforma quedará apoyada sobre la cortical ósea mejorando su estabilidad primaria (Figura 5).

 

Conclusiones

Según la literatura evaluada se puede concluir que:
La estabilidad primaria y la densidad ósea son factores importantes que determinan el éxito de los implantes oseointegrados.
Los protocolos presentados pueden ayudar a mejorar la estabilidad primaria de los implantes cuando colocados en hueso alveolar de baja densidad.
Es necesario realizar estudios clínicos comparativos entre el protocolo convencional (Branemark4) y los protocolos aquí presentados para evaluar de forma objetiva los resultados de ambas técnicas.

Agradecimientos: Al departamento de Prótesis Dentaria de la Facultad de Odontología de la Universidad de São Paulo y a la CAPES.

 

 

José Eduardo Chorres Rodríguez.
Especialista en Anatomia Topográfica de la Face para Implantologia. Instituto de Ciências Biomédicas. Universidad de São Paulo-Brasil.
Post-grado en Implantologia Oral. Universidad de São Paulo-Brasil.
Máster en Prótesis Dentária. Facultad de Odontologia. Universidad de São Paulo- Brasil.
Alumno del Curso de Doctorado en Prótesis Dentária. Facultad de Odontologia. Universidad de São Paulo-Brasil.
Victoria Rodríguez Macedo.
Cirujano Dentista. Graduada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Clínica Particular.
Victor Hugo Chorres Rodríguez.
Alumno del Curso de Odontologia. Facultad de Odontologia. Universidad San Martín de Porres.
Tomie Nakakuki de Campos.
Profesora Associada del Departamento de Prótesis Dentária. Facultad de Odontologia. Universidad de São Paulo-Brasil.

 




Referencias Bibliográficas

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- Artículo publicado en la revista Estomatológica Visión Dental, Volumen 8 N` 4, Julio-Agosto 2005


 

 

 


 
 
 
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