“PRESENTANDO UNA NUEVA CLASIFICACIÓN
PARA
LAS INFECCIONES ODONTOGÉNICAS AGUDAS”
(A NEW CLASSIFICATION FOR ACUTE ODONTOGENICS INFECTIONS)
Resumen:
Se presenta una nueva clasificación de
las infecciones odontogénicas agudas, propuesta por el
autor del presente trabajo, tomando como pilar básico
para su realización, la evaluación de la severidad
de la infección del paciente al momento de la consulta,
signos y síntomas a nivel local como a nivel sistémico,
en caso los tuviera. La presente nueva clasificación
se caracteriza por ser simple y práctica, de tal modo
que realizar el diagnóstico clínico de la severidad
de la infección aguda odontogénica sea lo más
exacto posible.
Palabras Clave:
INFECCIONES ODONTOGÉNICAS, CLASIFICACIÓN INFECCIÓN
ODONTOGÉNICA.
ABSTRACT:
A new classification of the acute odontogenics infections appears,
propose by the author of the present work, taking like pounding
basic for its accomplishment, the evaluation of the severity of
the infection of the patient at the time of the consultation,
signs and symptoms at local level like a sistemic level, in case
had them. The present new classification is characterized being
simple and practical, in such a way that to make the clinical
diagnosis of the severity of the odontogenic acute infection it
is most exact possible.
KEYWORDS:
odontogenic infections, classification of acute odontogenic infections.
INTRODUCCIÓN
Después de observar durante más de una década
la insuficiente comprensión clínica que los odontólogos
no cirujanos y, algunos que sí lo son, manifiestan por
las diversas clasificaciones actualmente conocidas de la infección
aguda odontogénica (las que se caracterizan por ser excesivamente
académicas) es que se decidió publicar esta nueva
clasificación, creada y usada por el autor desde hace años
en su práctica diaria, teniendo como meta desde un inicio
realizar diagnósticos de manera mas simple pero al mismo
tiempo mas exactos y, a un menor costo de poner en riesgo la salud
del paciente.
Creemos haberlo conseguido y,
esperamos que goce de su aprobación y aplicación,
por lo didáctico y sencillo que se hace determinar la severidad
de la infección que trae nuestro paciente al momento de
la evaluación clínica.
Tal como se mencionó en
el párrafo anterior, ésta nueva clasificación
está orientada principalmente a diagnosticar la SEVERIDAD
del proceso infeccioso é instaurar el tratamiento antibiótico
en base a ello, dejando en un segundo plano términos tan
conocidos como celulitis aguda, celulitis sub-aguda, celulitis
gangrenosa, celulitis flemonosa, celulitis abcedada, flemón
difuso, flemón gangrenoso, osteoflemón, periodontitis
apicales agudas en todas sus fases, etc., etc., etc.
Nombres tan diversos que con el correr de las décadas han
ido modificándose e incluyéndolos en diversas clasificaciones
de un autor a otro, de un país a otro, de un continente
a otro; la misma OMS va modificando la clasificación después
de cierto tiempo, permanentemente. Pero todas ellas, con algo
en común, cada una más compleja y extensa que la
anterior.
FUNDAMENTOS DE
LA NUEVA CLASIFICACIÓN
Creo fehacientemente que el éxito del tratamiento antimicrobiano
se basa en un diagnóstico correcto de la severidad de la
infección. Hay que facilitar las formas para que la mayoría
de colegas tengan acceso a una información práctica,
siendo mas simple realizar diagnósticos correctos; en consecuencia,
los pacientes serán los principales beneficiados.
Lo importante de esto, es reconocer
que son justamente los odontólogos generales, los que tratan
en su consulta privada la gran mayoría de casos de infecciones
odontogénicas agudas, solicitando interconsulta con el
cirujano oral y maxilofacial, únicamente cuando la infección
evolucionó a niveles de severidad no deseados, poniendo
en riesgo la salud general del paciente.
Desde mi experiencia, de aproximadamente
13 años en el manejo de estos cuadros, hemos podido observar
que esto se debe principalmente a 2 factores esenciales:
1. Diagnóstico incorrecto del proceso infeccioso. Esto
es debido, generalmente, a la despreocupación manifiesta
del propio colega. La gran mayoría de odontólogos
no cirujanos, dedican su principal esfuerzo a capacitarse en cursos
nada relacionados con el tema en cuestión, es más,
hasta les parece algo tedioso y abstracto……..pero
irónicamente, son los que más recetan antibióticos.
2. Obviamente, al hacer un diagnóstico
incorrecto, el tratamiento antibiótico también lo
será, lo cual permitirá que la infección
siga progresando. Ya es hora de reconocer que hay mucho desconocimiento
por parte de los mismos profesionales (médicos y odontólogos)
en lo que a uso correcto de los antibióticos se refiere.
Al respecto hay varios trabajos de investigación internacionales
que así lo demuestran.
Después de lo mencionado,
creo oportuno que la mejor forma de contribuir era proponiendo
un sistema clasificatorio de fácil aplicación y,
así de ésta forma, ver la posibilidad de que disminuyan
las complicaciones innecesarias de procesos infecciosos por la
aplicación de terapias antibióticas incorrectas,
logrando eliminarlos en fases tempranas ausentes de compromiso
sistémico, siendo esto lo mejor para la salud del paciente
y, obviamente, desde el punto de vista de la fármaco-economía,
más llevadero.
Incluso, para los mismos cirujanos
es CLÍNICAMENTE imposible diferenciar entre celulitis y
flemón. Es más, para muchos autores son sinónimos,
mientras que para otros, la celulitis es la infección del
tejido celular subcutáneo y, el flemón, es la infección
del tejido celular subcutáneo con extensión a planos
aponeuróticos y sub-aponeuróticos. Ahora bien, esas
diferencias conceptuales se pueden observar en un análisis
histopatológico, pero clínicamente sabemos que no.
Por tanto, para los cirujanos orales y máxilofaciales,
ésta propuesta de nueva clasificación, creo que
también les será de utilidad si la aceptan como
tal, en su simple filosofía.
La clasificación que tengo
el honor de presentar en éste artículo original,
obviamente no es perfecta. De seguro, mucha gente se mostrará
a favor y otros no tanto, pero eso no es tan significativo, sino
más bien, el hecho de contribuir con un granito de arena
para tratar de reducir los tratamientos incorrectos por diagnósticos
errados.
Es bueno recalcar que la clasificación personal que publicamos
aquí, es la que hemos venido aplicando en nuestros pacientes
a lo largo de muchos años con gran éxito; ya que
al mismo tiempo las fases que demarcan nuestra clasificación,
están directamente relacionadas con protocolos antibióticos
específicos para cada nivel de severidad mencionado y que,
lógicamente, son los que empleamos en nuestra práctica
diaria.
Creemos necesario indicar que los protocolos en cuestión,
irán modificándose con el correr del tiempo, tanto
por la creación de nuevas moléculas antibióticas
de posible uso en nuestra especialidad, como por el incremento
mundial de bacterias resistentes año tras año.
CLASIFICACIÓN
PROPUESTA POR EL PROF. JOSÉ A. CABREJOS ALVAREZ PARA LAS
INFECCIONES ODONTOGÉNICAS AGUDAS (Lima-Perú, 2005)
PROTOCOLOS ANTIBIÓTICOS
DE FASE-I
PROTOCOLOS ANTIBIÓTICOS
DE FASE-II
|
***La Cefazolina intramuscular,
se reemplazará por Cefuroxima oral, para que acompañe
al Metronidazol hasta el término de la terapia antibiótica. |
PROTOCOLOS ANTIBIÓTICOS
EN FASE-III
|
En las tres
opciones señaladas, la presentación intramuscular
de los antibióticos será reemplazada por su
forma oral y, si no la tuviera, por un antibiótico
equivalente, hasta completar la duración de la terapia. |
PROTOCOLOS ANTIBIÓTICOS
EN FASE-IV
|
Como es de
suponer, los protocolos aquí mencionados son aplicados
al ingreso del paciente a la clínica u hospital,
hasta obtener los resultados del cultivo y antibiograma,
el cual determinará la terapia antibiótica
definitiva. |
En ésta fase siempre se aplica el MARGEN
DE SEGURIDAD ANTIBIÓTICA, sin importar la opción
seleccionada.
Aclarando el concepto, cuando
hablamos de MARGEN DE SEGURIDAD ANTIBIÓTICA, éste
consiste en seguir administrando por 5 a 7 días más
el tratamiento antibiótico desde el momento que el hemocultivo
sale negativo y, al mismo tiempo, apreciemos en el paciente una
notoria mejoría en la evolución clínica del
proceso infeccioso. Esto nos evitará el riesgo de recidivas.
Así mismo, las dosis a usarse son las establecidas en las
bibliografías comunes, pero siempre en base al peso del
paciente.
Un hemocultivo negativo sólo
significa que la cantidad de bacterias ha disminuido tanto que
ya no son captadas por dicha prueba, pero bajo ningún punto
de vista significa ausencia de las mismas. Este es un error que
se comete con cierta frecuencia al tratar infecciones severas,
no solo odontogénicas, sino de cualquier origen y ubicación.
Para el autor del presente escrito,
es más importante evaluar correctamente la severidad de
la infección odontogénica. No sólo basta
con designarla como periodontitis apical aguda en cualquiera de
sus fases, celulitis aguda en cualquiera de sus tipos o un abceso.
Una celulitis aguda odontogénica puede tener diversos niveles
de severidad, no todas se tratan igual y, es justo allí
donde radica el problema principal para un correcto diagnóstico
y tratamiento farmacológico. Un abceso puede reagudizarse
y tendrá que ser tratado con antibióticos antes
de drenarlo.
Hay diversas variantes que ya todos conocemos por nuestra propia
experiencia. Es por ello que el autor siempre optó por
enfocar el tratamiento antibiótico basándose en
la severidad, ya que de ello dependerá finalmente la vida
el paciente y, es en ello que fundamento ésta clasificación.
Así mismo, creo oportuno
recalcar que la mayoría de colegas piensa inadecuadamente
que solo al apreciar tumefacción facial estamos frente
a una infección, lo cual es incorrecto. Justamente, ese
es el inicio de un tratamiento farmacológico inadecuado,
ya que el odontólogo por lo general le receta al paciente
un tratamiento sintomático en base a antiinflamatorios
no esteroides, de tal modo que si bien el dolor disminuye o es
eliminado, la infección seguirá progresando. Por
tanto, un paciente que llega a la consulta con odontalgia espontánea,
dolor a la percusión, dolor de larga duración, pulsátil
y, que se intensifica con cambios térmicos (principalmente
calor), deberá ser diagnosticado como una infección
odontogénica aguda de FASE-I y no como una simple pulpitis
aguda.
Cabe indicar que, únicamente
se ha abordado el tratamiento antibiótico mas no el tratamiento
clínico o quirúrgico, que cada colega determinará
de acuerdo a la evaluación realizada en su paciente, el
cual será el tratamiento definitivo desde el punto de vista
de la rehabilitación de la pieza o piezas dentarias que
fueron comprometidas en el proceso infeccioso.
Finalmente, he de mencionar que
la bibliografía consultada se ha utilizado exclusivamente
con la finalidad de explorar las diversas clasificaciones y bases
filosóficas respecto a éste tema, publicadas a través
del tiempo. Considero pertinente la aclaración para que
no se piense que las fuentes consultadas no son actuales.
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